MADRES QUE SE QUEDAN CON LOS BRAZOS VACIOS
Por: Carlos Alberto Evangelista
La pérdida de un hijo o hija durante su gestación o al momento de su alumbramiento es prácticamente un proceso silenciado, sin acompañamiento de ningún tipo y menos del personal del sector salud.
Son tan escasos los protocolos que existen, que cuando una madre vive esta lamentable situación debe permanecer en recuperación en el mismo espacio en donde otras mamás amamantan por primera vez a sus recién nacidos.
La realidad para las mujeres es contrastante en el mismo espacio, pues mientras se percibe una felicidad a plenitud, otras mamás se quedan con los brazos vacíos.
El pasado 25 de mayo presentamos en el Congreso de Puebla una propuesta para que los organismos encargados de la salud tengan protocolos y lineamientos de atención integral y humanizada ante la muerte y el duelo gestacional y neonatal, principalmente por la experiencia que vive la madre, pero que abarca a la familia en general.
Así, de forma contraria al desarrollo natural de la vida, muchas madres y padres deben enfrentar un duelo silencioso, en donde son ellas quienes padecen el mayor número de daños psicológicos cuando se recupera en hospitales públicos, pues todavía se enfrentan a violencia obstétrica, donde el personal de sanidad busca persuadirlas para operarse y no tener más hijos.
Una madre que perdió a su hijo al momento del parto narró cómo el mayor daño traumático vino del trato inhumano de enfermeras, camilleros y médicos especialistas, quienes sin empatía, le solicitaban pararse a una hora de salir de quirófano porque “olía a orines”.
Su testimonio es profundo: le exigían no llorar, porque ni siquiera había conocido a su hijo, además de solo darle unos minutos el cuerpo de su bebe, y soportar los comentarios fuera de lugar por el aspecto de su recién nacido.
Ella contó que fue doloroso darse cuenta de las lesiones profundas en las piernitas de su hijo por el trato indolente en la muerte de los bebés. Recordó, finalmente, que en estado de shock, escuchó a la enfermera decirle que parecía que sólo estaba dormido y acercó a su hijo a su pecho, pero él nunca se movió.
Para nunca más invisibilizar el duelo de una madre que comparte el corazón entre el cielo y la tierra.
Memoria de regeneración
El proyecto de ley que se presentó y es conocido como ‘Ley Brazos Vacíos’, fue acompañado por la diputada federal Marisol García Segura, de la mano de Eréndira Hernández Chávez y Paola Sánchez Álvarez.
Ellas forman parte de colectivos y previamente habían trabajado con asociaciones de la sociedad civil como BRISA, Tanatología Real y CAM-CAI, entre otras, hicieron foros y mesas de trabajo en las que sensibilizaron sobre el tema y la situación actual de los procesos de atención para madres solteras.
La primera propuesta de ley fue presentada en el Palacio Legislativo de San Lázaro, con el compromiso empeñado del presidente de la Comisión de Salud de ese órgano legislativo, Emmanuel Reyes Carmona, para dictaminarla prioritariamente en cuanto el asunto le fuera turnado.